Esta Semana Santa aprovechamos unos días libres para disfrutar de la provincia de Ávila. Como ya os comenté, estuvimos alojados en Villanueva del Campillo. Si quieres conocer nuestra experiencia, pincha aquí.
El sábado lo dedicamos a disfrutar de la naturaleza, en calma, en familia.
Debo decir que me sorprendió ver el poco número de personas que nos encontramos. Cierto que existía el cierre perimetral autonómico, pero creo que desde la provincia de Ávila deberían promover más el turismo de Castilla y León, no sólo de Madrid.
Volviendo a nuestra escapada, tras disfrutar de la piscina de la Casa Spa La Villa y desayunar, nos pusimos en marcha a nuestro primer destino: Las Chorreras.
Las Chorreras
Este paraje natural de enorme belleza, se encuentra en el término de Navarredonda. Llegar hasta el pueblo, supone disfrutar de preciosos paisajes, más para alguien como yo que siente especial atracción por las montañas…
Una vez llegas a Navarredonda, has de coger el camino que te conduce al camping de Navatormes. Está todo bastante bien indicado, y se puede llegar en coche prácticamente hasta Las Chorreras o bien caminar por un bonito camino rodeado de pinos. En nuestro caso, avanzamos bastante hasta el paraje pues la piscina nos había menguado las fuerzas.
Para llegar hasta Las Chorreras, hay que recorrer un sendero entre los pinos y rocas (es muy corto y sin gran problema, eso sí, cochecitos o sillas de rueda imposible), pasada la valla de madera.
El entorno es increíble! Piedras con formas de lo más caprichosas, fruto de la erosión del agua… el sonido del agua al caer… Agua cayendo de diversos puntos. ¡Una maravilla!
La verdad es que tuvimos muchísima suerte de verlo sin apenas gente, pues lo disfrutamos con calma y con toda la paz del mundo… Sin lugar a dudas, un sitio especial donde recuperar la paz y cordura en estos tiempos de caos e incertidumbre.
Decidimos hacer un picnic a la orilla del río, cerca de donde habíamos dejado el coche… momentos de esos que quedarán grabados para siempre en la memoria. Bocatas que saben a gloria!
Desde allí, pusimos ruta hacia el Pozo de las Paredes.
Pozo de las paredes
Se encuentra en el término de Navacepeda de Tormes.
Es un enclave totalmente mágico! Hay que dejar el coche en el aparcamiento. Desde allí es un paseo de lo más agradable, y eso que cuando fuimos soplaba bastante aire.
Se trata de una espectacular poza formada por el río Barbellido. La erosión del viento y agua han tallado dos inmensas paredes (que recuerdan un poco a la Calzada del Gigante de Irlanda), entre las que discurre el agua.
Sin lugar a dudas, debe ser un lugar maravilloso donde bañarse en verano, pues tiene como plataformas de piedra que invitan a tumbarse y relajarse al lado del agua, y rodeados de unas montañas increíbles.
Hay un puente súper bucólico, no sé si de origen romano o medieval… según donde mires, lo sitúan en una u otra época, como el famoso puente de Canga de Onís.
Justo según vas hacia el Pozo de las Paredes, un cartel señala “Plataforma de Gredos”. Ya sabéis que soy muy curiosa, así que tras investigar un poco en internet y como no era muy tarde, decidimos ir a conocer un poco qué era eso.
Plataforma de Gredos
La carretera parece que te lleva al fin del mundo… subir y subir. El paisaje es más de alta montaña, pudiendo verse montañas nevadas y riachuelos por todos lados.
Consiste en un aparcamiento, desde el parten diferentes rutas a la Sierra de Gredos. En nuestro caso, por la hora, no nos aventuramos mucho más allá del chiringuito que hay. Pero mereció la pena, pudimos ver cabras montesas campando a sus anchas!
Tras un cafecito caliente, volvimos al coche, poniendo final a un día maravilloso en la naturaleza y sintiéndonos afortunados por la poca gente que encontramos en tan espectaculares parajes…
Si vas por la zona a pasar unos días, aquí podrás encontrar mogollón de alojamientos. No lo dudes, Ávila merece la pena!
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