Antes de que empecéis a leer este texto os aviso, no va de planes ni de ninguna propuesta como tal. Es una reflexión personal que necesito soltar…
Os confieso que llevo desde el martes planteándome que para qué sigo compartiendo planes, si antes o después los cancelan.
Por supuesto que soy defensora a ultranza de que la salud es lo más importante y sé lo que supone el Covid y el daño que hace… Lo he visto directamente.
Pero no logró entender la fijación que parece que se tiene hacia el mundo de la cultura. En especial hacia los pequeños artistas.
No entiendo las medidas que fijan un número de 25 personas para espectáculos cerrados o de 50 si es en espacios abiertos… independientemente del aforo del lugar!
Este verano donde más segura me he sentido fue viendo un espectáculo musical en el Teatro Zorrilla de Valladolid, de tres en tres como mucho, todos con mascarilla y en un espacio amplio.
O viendo varios espectáculos de A Cielo Abierto en el patio de un cole. Con un montón de distancias entre las sillas, donde el personal no paraba de desinfectarlas a la mínima…
Pues eso ahora está medio vetado. Mientras que ir al supermercado o al centro comercial no. Alguien me lo puede explicar?
Personalmente creo que somos muy muy injustos. Durante la cuarentena un montón de esos artistas, nos han entretenido gratuitamente a través de las redes sociales…
Pero son personas, son profesionales y necesitan y merecen ganar dinero.
Cada día veo como cierra algún centro infantil y sé me parte el alma.
La cultura y educación deberían ser los pilares de una sociedad. No el consumo puro y duro.
Pero seré yo la rara…