Con la llegada del fin de semana, os traemos otra escapada para descubrir nuestra provincia y disfrutar en familia.
Hoy os proponemos conocer el valle de la Esgueva. La primera parada, os recomiendo parar en Piña de Esgueva a visitar sus panaderías! Rico pan y deliciosas pastas!
Siguiendo la carretera, a lo lejos vereis el esbelto y señorial castillo de Villafuerte, visita que ya os hemos recomendado anteriormente.
Más adelante, una visión sorprendente… como dos columnas que se alzan al cielo en Canillas de Esgueva.
Se trata de los únicos restos que quedan de su castillo! Nosotros, como somos unos curiosos, nos acercamos hasta allí para verlo y nos sorprendió la gran cantidad de bodegas que había en este pueblo.
Y ya estamos a nada de nuestro destino, Encinas de Esgueva. Localidad poblada desde hace mucho, y cruce y frontera entre moros y cristianos, entre Castilla y León. Pasado glorioso que tantas veces desconocemos e infravaloramos.
Nosotros fuimos directos a admirar su castillo, de los Aguilar, condes de Encinas.
Repasando un poco la historia, en 1382 Diego López de Zúñiga, I señor de Béjar, compra la villa de Encinas. Será él quien lo construya.
Posteriormente, en 1574, el IV duque de Béjar lo venderá al regidor de Segovia, quien lo remodeló bastante para hacerlo su vivienda familiar.
Pasará por diferentes manos y usos, hasta que en la década de los 50 del siglo pasado fue adquirido por el Estado. Hoy se usa para eventos y actividades del pueblo, pero sin horarios fijos de visita.
Si queréis conocer más sobre su historia, os recomiendo este blog.
También cuenta con la Iglesia de San Mamés del siglo XIV.
Nosotros para terminar la visita, fuimos a conocer su embalse que se sitúa a un 1.5km aproximádamente. Resulta muy fácil acceder a él en coche, y la tranquilidad y paz que nos transmitió…
Es un lugar ideal para hacer un picnic en el campo y para disfrutar en familia del campo. Fijo que volveremos con mejor tiempo y más calma.