Soria existe, tiene mil lugares increíbles y personalmente creo que es una de las provincias más interesantes de España, a mi al menos me fascina cada lugar y recoveco que conozco.
Como os conté, el jueves pasamos el día en familia por la provincia de Soria. Por la mañana, estuvimos disfrutando del Bosque Mágico de San Leonardo de Yagüe y después de comer… a descubrir un entorno genial, muy poco o nada conocido!
Desde San Leonardo de Yagüe, pusimos rumbo a la Hoz de Orillares. La verdad es que si llegamos es porque somos bastante cabezotas cuando queremos ver algo, porque fácil fácil no es. Pero merece mucho la pena!
Hoz de Orillares
Llegar hasta el pueblo de Orillares es sencillo y está muy cerca de San Leonardo. Hay que pasar el pueblo, y la iglesia. Nosotros íbamos con el Google maps, por un camino rural… lo malo fue que el siguiente camino que había que tomar, en coche imposible! Pero nada, aparcamos y nos fuimos andando. Es un paseo corto, tranquilos! Y la naturaleza nos regaló una experiencia única… una decena de buitres para nosotros solos! La verdad que me dio un poco de cosilla porque nos pasaban súper cerca y son aves impresionantes, pero verlos tan de cerca y en su hábitat natural… es un lujo! Si os gustan las aves, desde luego, ese es vuestro sitio.
Tras pasar un viejo molino, ya se ven la Hoz del Orillares. Es un lugar tallado por el río Pilde, un mini cañón. Decir que las peques se lo pasaron bomba es quedarse corto!
Entrando y saliendo por las diversas cuevas esculpidas por la naturaleza (hay que llevar un poco de cuidado porque la piedra resbala en algunos puntos), tirando piedras en la pozas… lo ideal para dos enanas con espíritu aventurero. Además se estaba súper fresquito y a gusto dentro de las cuevas.
Y una vez que disfrutamos a tope de los regalos de la Madre Naturaleza, pusimos rumbo a una localidad que nos llevaba mucho tiempo atrayendo pero nunca hacíamos parada… la villa de San Esteban de Gormaz.
San Esteban de Gormaz
La localidad cuenta con un pasado muy rico y está situada en la Ruta de la Lana y en el Camino del Cid (ruta del destierro de El Cid), en la orilla del río Duero. Es una zona con vestigios de vida ya desde la Prehistoria, contando incluso con un pasado celtíbero, asentamiento romano y musulmán.
Los árabes la consideraban un importantísimo núcleo cristiano, por lo que fue objetivo militar de ambos bandos durante 200 años: desde que se inició la construcción de su castillo por los árabes en el siglo IX (tiempo en que la población se llamaba Castromoro), hasta que cayó finalmente en manos del reino de Castilla. De hecho, Alfonso X el Sabio estuvo dos veces en la villa y la inmortalizó al componer sus Cantigas de Santa María y los propios Reyes Católicos concedieron en 1504 a San Esteban el privilegio de abaratar el pan. En 1187 se celebran en la villa las primeras Cortes de Castilla y su importancia sigue creciendo hasta que a finales del siglo XIII alcanza su máximo esplendor. Para esta fecha ya contaba con 3000 habitantes (120 caballeros), cuatro parroquias y dos monasterios situados fuera de los límites de la villa. A partir de esta época, irá decayendo lentamente. Lo siento, pero ya sabéis que me fascina la historia… Además algo muy muy importante, es la cuna del Románico Soriano! Pasear por las calles de esta Villa, nos hace volver al pasado… donde fijo que vivió épocas mejores a principios del siglo pasado.
Es una localidad para pasear sin prisa, descubriendo sus rincones, su historia, saboreando sus ricos torreznos o degustando sus maravillosos vinos… Ofrece muchas cosas para ver, os recomiendo: El Castillo, preside lo alto del pueblo. Aunque sólo quedan sus restos, ofrece una vista estupenda de la zona y del Duero. Justo debajo, hay cientos de bodegas tradicionales excavadas en la propia montaña y que dicen que están unidas entres ellas por galerías subterráneas.
La iglesia de San Miguel, cuna del románico soriano e insustituible joya arquitectónica. Vista imprescindible!!! La Iglesia de San Miguel es la iglesia más antigua, conservada, del románico soriano y uno de los monumentos de mayor participación musulmana. Su fecha de construcción es el año 1081, según la inscripción tallada en la galería, y puede decirse que es el prototipo de iglesias con galería porticada y, posiblemente, sea la primera galería porticada románica de la que se tienen noticias.
La galería consta de varios arcos que se apoyan en columnas cuyos capiteles se hallan decorados exóticamente. En ellos aparecen varios personajes con kaftanes y turbantes en diferentes escenas. El trabajo realizado por el maestro cantero demuestra una talla ruda pero cautivadora, una característica que se hace extensible a los canecillos que sustentan la cornisa. Como curiosidad, buscar la figura del Maestro cantero en un canecillo de la entradas, sus ojos saltones os ayudarán!
Además gracias a la rehabilitación reciente, han descubierto pinturas al fresco en el ábside y unos grafitos a una altura considerable, lo que hace pensar que había una tribuna desde donde poder dejar su impronta. Mil gracias a la guía, y al documental, da gusto encontrar gente que vive su trabajo y que demuestra su pasión contagiándola! La visita cuesta 1€, salvo los menores.
Se puede visitar la torre adyacente, es toda una experiencia! El primer tramo románico hará que comprobéis si os dan fobia o no los lugares estrechos!
Justo detrás de esta iglesia, hay un Lagar comunitario que se puede visitar y que resulta muy interesante para conocer cómo se realizaba la vendimia y la elaboración del vino tan importante en toda la zona de la Ribera del Duero. Otra visita imprescindible, es la Iglesia de Nuestra Sra. Del Rivero. Construida en un altozano, la iglesia data del siglo XII y se asienta sobre las ruinas de otro templo o, tal vez, como ampliación de éste.
En el siglo XVI se incorpora a la galería de la iglesia un arco sepulcral cobijado por un arco plateresco. La galería porticada está compuesta por nueve arcos de medio punto. Las columnas de la galería son sencillas y robustas. En el ábside destaca la imagen de la Virgen del Rivero, Patrona de la villa y de la Concordia que forman otros veintitrés pueblos. Visitarla cuesta también 1€.
Nosotros tuvimos la fortuna de contar con la maravillosa explicación de su guía, un estudiante de historia que demostraba toda su pasión y conocimientos, gracias! Allí, al igual que en la de San Miguel, los trabajos de conservación han dejado al descubierto la existencia de pinturas al fresco que ni se conocían y un importante cementerio bajo sus pies. Además cuenta con un coro de madera magnífico y una tumba adosada en un lateral con pintura al fresco también, súper amenazante el sol! Hay otra iglesia también algo más moderna pero digna de visitar en la otra zona del pueblo, su plaza Mayor, su calle Mayor con pórticos, su famoso puente… Y dos propuestas que encantarán a los peques:
- El parque temático del Románico: abrió sus puertas en 2005 y nos permite observar, diez maquetas a vista de pájaro del románico. Nos muestra, con todo lujo de detalles, los secretos mejor guardados del románico castellano leonés. Las maquetas representadas son una por cada provincia de Castilla y León: Iglesia de San Juan de Rabanera de Soria: el claustro del monasterio de Sto. Domingo de Silos en Burgos: la basílica de San Vicente de Ávila: la iglesia de San Millán de Segovia: la iglesia de La Antigua de Valladolid: la iglesia de San Marcos de Salamanca: la iglesia de San Tirso de Sahagún en León: la colegiata de Santa María de Zamora y la iglesia de San Martín de Frómista en Palencia. Es pequeñito pero merece la pena. Está en Camino del Molino s/n. Información y horarios en: Oficina de turismo: 975 350 292 y Ayuntamiento: 975 350 002 o http://www.sanestebandegormaz.org
- Ecomuseo Molino de Los Ojos, situado en un paraje natural único por su calidad medio ambienta. El edificio original data de 1784. Rodeado de álamos y chopos centenarios, sauces, arces y castaños de indias; manantiales de los ojos que brotan de la tierra produciendo un burbujeo constante; jilgeros, ruiseñores y otras aves de la ribera junto al río Duero con sus cangrejos señal, truchas y bermejas dan vida a su entorno. Todo ello hacen de este espacio un lugar de visita obligada para los amantes de la naturaleza y de los oficios perdidos como el de molinero. Además es un paseo de lo más agradable, donde los peques podrán disfrutar de los patos del río.