Toca decir “Adiós 2021”. Menudo añito, madre mía…
Creímos que el 2020 había sido un año horrible, pero el 2021 ha sido casi peor… al menos para mí.
Adiós 2021
Empezamos el año confinados por el Covid 19, que aunque no nos dio muchos problemas, me robó sin saberlo las últimas navidades de mi madre… sólo pude disfrutar de ella vía teléfono. Este maldito bicho me ha robado tantas cosas… el poder estar con mi padre en sus últimos días, el poder pasar más tiempo con mi madre… El poder abrazar y ser abrazada.
Llegó Filomena, con lo que me gusta a mí la nieve y me la perdí porque estaba con fiebre. Sinceramente por mucho que me digan, creo que fue a consecuencia del maldito covid 19 lo que me produjo la inflamación del ileón, una parte del cuerpo que no sabía ni que existía y que me hizo pasar unos días en el hospital. Menos mal que fue algo puntual y parece que no ha quedado ninguna secuela ni nada… pero vaya susto!
Este año, no pudimos disfrutar de uno de los momentos que más me gustan, los Carnavales. Los pobres peques han demostrado más valor, clase y paciencia que los adultos. La pandemia les ha quitado y quita vivir un montón de momentos y ni se quejan!
En verano, parece que pudimos tomar un respiro y disfrutar un poco de él aunque con mucho cuidado y precaución. Fueron unas vacaciones maravillosas, conociendo la pintoresca provincia de Girona con sus hermosos pueblos (un sueño pospuesto muchas veces), o las históricas Úbeda y Baeza.
Pude también disfrutar de mi madre en mi casa unas semanas, y aunque hasta que no lo vives, no te das cuenta de lo qué es… qué duro es ver a las personas que te han cuidado siempre, que han sido tus pilares, verles el deterioro y tener que ayudarles prácticamente para todo! Pero a pesar de todo, mamá, pudiste celebrar los 11 años de tu nieta junto a nosotros… el mejor regalo que podías hacernos… quién me iba a decir que sería el último!
Volvieron al cole. Reconozco que no las tenía todas conmigo, pero lo conseguimos. Han podido tener un curso bastante normal a pesar del dichoso bicho. Se lo merecían!
En septiembre, mi cuerpo me dio otra señal de “para”. De repente… ¿Cólicos de riñón? Perdona, que yo con las migrañas ya voy sobrada! Fueron meses complicados, dolor, mi cabeza pensando en otro lugar y en otra persona… mi madre cada vez iba peor y la distancia… qué duro es!
Y se fue… no me dio tiempo ni a llegar a darla el abrazo. Se instaló el vacío… Perder a mi padre fue duro, pero perder a los dos… creo que hasta que no se vive es imposible explicarlo.
Este año, creía y soñaba con poder luchar por emprender, por luchar por mis sueños… pero la realidad a base de bofetadas, me ha demostrado que quizás no fuera el momento. Tanto mis circunstancias personales como familiares me hicieron frenar en seco, pues tanta presión a la que yo misma me sometía hizo que estuviera a punto de petar de muy mala manera… de hecho mi salud física me ha ido pasando factura demasiado y ahí si que tuve que decir “basta, voy a cuidarme… Ya soñaré cuando esté bien”.
Gracias de corazón
Muchísimas gracias a todos los que en este año tan horrible han estado a mi lado. Sé que en muchos momentos no he sido la mejor compañía, que he estado muy ausente y que es probable que se me hayan pasado cosas… A mis amigas de siempre, a mi tata pucelana, a mis piñas, a mis migrañosas… en especial a mis hijas y compi de vida. No sé que habría sido de mi sin vosotros!
Gracias de corazón también a todos los que seguís ahí detrás del PC o del móvil. A los que me habéis dado muchas muestras de afecto y cariño. Reconozco que a muchos os he ido cogiendo mucho cariño aunque ni os conozca en persona!
Muchas gracias Sonia Sanz Escudero por mi nuevo logo tan molón!
Gracias en especial a Eva Santos López (psicóloga y pedagoga), a Vanesa (Academia Rondilla), a Gonzalo (Parque la Riberita) y al equipo excepcional de El Puente Azul por creer en mí y por darme la oportunidad de conoceros y promocionaros. Sé que no os he dado el 100%, pero estoy volviendo… y os lo daré!
Nos vemos y leemos en el 2022… a poco yo creo que será un año mejor, no? Ya toca!